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Redemption

Cuentos del mundo habichuela

Este tío ya no comerá más salmón

Este tío ya no comerá más salmón Me apetecía escribir algo truculento y como ando muy musical ultimamente, niños y niñas, voy a relataros a continuación una historia de la que me enteré hace años. Nada sobre el batería de Deff Leppard perdiendo su brazo, ni el accidente del batería de Su ta Gar en la playa de La Concha, ni rolletes light como las muertes de Hendrikx, Bonham o Cobain; no. Es más casposa y ridícula la fórmula noruega.

Fijaos en la foto sobre el texto; un tipo en el suelo, sangre, una escopeta y un cuchillo de cortar filetes de brontosaurio. Sí, es totalmente real; una de las más famosas y controvertidas portadas de la historia de la música. Os cuento más o menos lo que sucedió, que hace tiempos que leí la historia e igual me equivoco en algún detalle...

Eran principios de los 90 y los púberes noruegos se aburrían como una ostra en un país que tiene todas las pintas de ser muy bonito paisajísticamente, pero un soberano coñazo en todo lo demás. Tanto aburrimiento en dicha juventud les hacía quedarse en sus casas en un lugar tan frío y soso, así que se volcaron en un estado de frikismo de biblioteca, ya sabéis, libracos de fantasía épica con los que fantaseaban por una Normandía llena de bosques, fiordos, cánticos a Odín y calvados servido en calaveras por esclavas rubias en salones de madera. Todo muy viquingo. La culpa de que esas fantasías no pudieran hacerse realidad la achacaban a la cristianización del país. "Talan nuestros bosques de elfos para construir sus iglesias; esto con Thor no pasaba, Erik; hace 900 años sí que se vivía bien, te lo digo yo que soy descendiente de Harald Kagorrotsen y tal". De esta guisa empezaron a dejarse los pelos largos y a oir grupos de música que curiosamente no eran de Noruega: Possessed y Slayer (americanos), Sodom (alemanes), Venom (ingleses), Celtic Frost (belgas),etc. Obviamente el frikismo de estantería y minicadena apalancados en su cuarto les dejó unas neurosis bastante pronunciadas; decidieron salir de sus cavernas para devolver a Noruega a sus raíces.

Todo de cuero negro, brazaletes de pinchos, aspecto siniestro, cara de mala leche... todo copiado de los grupos anteriores. Comenzaron a coincidir en los garitos heavys de la época y empezaron a hacer planes y formar sus propias bandas. Berridos metaleros emitidos en garajes por yogurines de entre 14 y 20 años surcaron la Noruega de principios de los 90. El líder de aquella troupe (Øystein Aarseth) respondía al alias de Euronymous, el estilo musical sacado de una canción de Venom: Black Metal.

El amigo Euronymous se juntó a un batería llamado Hellhammer (muy original) y formaron Mayhem, la protobanda por excelencia de Metal Noruego. Euroymus reunió a su vera a bandas de amiguetes: Immortal, Emperor, Marduk, Dark Funeral, Satyricon y sobre todo Burzum. Burzum era y sigue siendo una banda compuesta por un único miembro; Varg Vikernes, alias Count Grishnack en honor a uno de los orcos que salen en El Señor de los Anillos. Bien, hasta aquí todo parece muy normalito, como los principios del grunge o el punk o similares. Ahora viene el culebrón de la historia.
Euronymous y sus amiguetes formaron una especie de club, El Círculo del Norte. Tenían su discográfica patatera, su tienda de discos con las ventanas tintadas y sin luz (los clientes tenían que coger una antorcha, no es coña) y estaban como putas regaderas. Quemaron alguna iglesia y hasta Grishnack se fue con su por entonces novia a Suecia para hacerle pintadas y ponerle un petardo en la puerta al cantante de Accept (pillaron a la tipa), uno de los miembros de Emperor se emparanoió creyéndose que era un troll y el batería del mismo grupo se dejó seducir por un gay para luego cargarselo a puñaladas en un parque. Los resultados de su lucha por un renacimiento viquingo eran tan dudosos como sus ideales.

Las cosas empezaron a ir mal en el Círculo; mucha testosterona, muchas envidias y muchos celos. La novia de Grishnack le dejó y se largó con Euronymous; Grishnack no se mosqueó demasiado pero sí le hinchaba la venilla de la frente que Euronymous no terminara de firmarle el contrato de un álbum que tenían apalabrado, aparte de que Grishnack consideraba que su rival se estaba estancando y había abandonado su lucha por una Noruega viquinga y bla bla bla.
Encontrando pues muchas razones como para estarse quietecito, y digno de un rey del crimen, Grishnack decidió darle matarile a Euronymous.

El mayor problema era la distancia; Euroymous vivía a 3 horas en coche de la casa de Grishnack (más bien la de sus padres). Ni corto ni perezoso, Grishnak ideó la coartada "perfecta": llamó a un amigo para que fuera a su casa y se pasara toda la noche dando martillazos para que los vecinos creyeran que no se había movido de allí; mientras tanto Grishnack cogería el coche de su madre con otro amigo e iría a hacerle la visita mortal a Euronymous con una escopeta de caza en el regazo.

- ¿Qué vas a hacer con esa escopeta, Varg?
- Si no me firma el contrato para el disco, lo balaseo como a un perro.
- Bueno, pero date prisa que yo mañana tengo clase.

Se plantaron en el bloque de apartamentos donde vivía Euronymous a las 3 de la mañana; Euronymous contestó al telefonillo totalmente dormido y tras una larga discusión, el pringado de Euroymous le dejó subir y le recibió con las melenas alborotadas, muerto de sueño y en pijama. Grishnack había dejado la escopeta en el maletero, pero llevaba un cuchillo jamonero oculto en la chupa. Euronymous, que estaba bastante hasta las pelotillas de la insistencia de su archienemigo decidió firmarle el contrato de una puñetera vez para que le dejara en paz. Se agachó ante una mesa para firmarlo y nada más acabar, sin tiempo a darse la vuelta, Grishnack le soltó varias puñaladas traperas que le dejaron seco en el suelo.
Al asesino le entró el canguelo y decidió rematar su faena con una jugada digna de los Trilocos para montarse su coartada. Bajó al coche donde esperaba su amigo al volante: "no te preocupes, Jorgen, que no ha pasado nada; cojo la escopeta para un asuntillo sin importancia y ahora vuelvo". Volvió al piso, le metió a su víctima el cañón en la boca y disparó. Sin embargo, no estaba del todo convencido de que la policía se fuera a tragar que había sido un suicidio, así que volvió a coger el cuchillo y le cortó las venas. Tras el crimen ferpecto salió corriendo pues los vecinos, lógicamente, habían oído el tiro y habían avisado a la policía.

En el mundo hay gente tonta, muy tonta, pero Grishnack lo era especialmente. No se le ocurrió otra cosa que darse un rulo, comprarse una cámara de fotos desechable y volver al lugar del crimen, que ya estaba sellado por la policía a la espera del juez. Trepó el muro hasta la ventana del segundo piso donde vivía Euronymous, entró en el apartamento y sacó la foto que luego sería portada-tributo del disco póstumo de Mayhem.

Ni que decir tiene que a la mañana siguiente se plantaron en casa de Grishnack para arrestarle; había dejado las huellas de los zapatos ensangrentadas, huellas en el cuchillo, en la escopeta, en la ventana y hasta el muy imbécil se había dejado en casa de la víctima el contrato ensangrentado a su nombre.

Siguió haciendo discos desde la trena en plan metal-folk, de donde se rumoreaba que saldría por buena conducta, si es que no ha salido ya. Aunque lo de la buean conducta no sé de dónde lo sacan, porque el menda se ha montado escritos de teorías sobre la correspondencia de El Señor de los Anillos con el nazismo. Vamos, que sólo la falta tatuarse una esvástica como Charles Manson. Pero eso ya es otra historia.

Mister Proper ahora se llama Don Limpio

Mister Proper ahora se llama Don Limpio Cuando aprobé el COU estábamos en el siglo pasado, eran buenos tiempos, o quizá no tan buenos. Tenía que acabar el COU como fuera y en mi anterior instituto pintaban bastos: un 99% de aprobados en la primera tanda de Selectividad gracias a una brutal criba que sólo unos escogidos podían pasar. Sin embargo la situación en el nuevo instituto era bien diferente; me pasaba las tardes con los amiguetes en las recreativas y luego acudía a un par de clases que no tenían ningún misterio; incluso en Literatura el profesor se pasaba de rosca y no hacía más que hablarnos de películas, música y de lo mal que estaba la enseñanza. Así nos fue a la mayoría, que suspendimos el examen de Literatura de Selectividad con notas por debajo del 2.

Pero en fin, el caso es que finalmente aprobé el puñetero curso; algunas asignaturas cayeron por inercia como Lenguaje o Historia, otras a base de sendas chuletas tamaño folio puestas directamente encima de la mesa (con un par), otras porque se me daban bien espontáneamente como latín (aún recuerdo que siendo el único alumno de esa asignatura el profesor se piraba a la cafetería en medio del examen dejándome en su despacho rodeado de libros y apuntes mientras cerraba la puerta diciendo "no copies mucho"; no me hacía falta, se me daban bien las traducciones) y también me gané el aprobado en alguna como en Filosofía, que me era esquiva desde hace años, si bien creo que suspendí el examen pero me la aprobaron por eso de que sería la única que me quedaría. Nunca pedí ver el examen, ni falta que hacía. Había aprobado el COU.

Nos habíamos juntado un grupo de gente majillo: el Mediavilla que era segurata y un gran tipo, el Fernando que era un guaperillas con el que te partías de risa, el Óscar y otro tipo cuyo nombre no recuerdo que eran amigos a su vez de un viejo camarada de clase: Víctor, alias El Hardcoriano; un maquinero con el que hice camarilla y me descojonaba en clase. Aún conservo gratas anécdotas de aquellos tiempos duros en los que me empezaba a abrir camino por enésima vez en un sitio nuevo, gente nueva... "Ya me ha dicho el Víctor que eres un cabronazo de cuidado", me dijo un día Óscar; "hasta te pareces al Santiago Segura". "Será en el cagar", le contesté yo.

El caso es que no todos aprobamos el COU. Óscar había suspendido inglés, aunque lo aprobaría en septiembre y el otro amiguete hacía mucho que había dejado de ir a clase por no recuerdo qué asuntos de trabajo. De todos modos quedamos todos en plan apuesta idiota en ir a la Sala X de la avenida San José para celebrarlo. Sólo acudimos Mediavilla, Fernando y yo, los otros se rajaron con excusas más que dudosas.

Recuerdo que era una preciosa tarde de Junio, un viernes sobre las cinco de la tarde y no había ni dios por la calle; nada más encontrarnos el Fernando ya se empezó a partir el ojal de la risa. Nos colamos por la galería que daba acceso a la sala y cada uno pidió su entrada a la vieja que estaba en la taquilla; nuestra intención era ir a ver una película de esas cuyo simple título te hace descojonarte; algo como: "El regreso de Netrator", "Sandy se come toda la nata" o "Party de latex". Pero la peli que echaban se llamaba "Mujeres bisexuales", que apestaba a rollo americano lleno de lésbicos interminables y aburridos. De todas maneras una apuesta es una apuesta y abrimos la primera de las puertas.

Era un cine a la antigua, con dobles puertas rojas coronadas por un ojo de buey y amplias cortinas de felpa. Yo entré el primero y las bisagras de la puerta sonaban como las del castillo del conde Drácula en las pelis de la Troma, perfecto para pasar desapercibido, vamos, más aún si ya ha empezado la película. Lo que ví al abrir la segunda puerta y apartar la cortina me dejó helado; no se veía una puta mierda: la imagen de la pantalla estaba como difuminada a propósito; apenas se podían leer los subtítulos de la película que por cierto tenía el volumen al mínimo. el resto de la sala estaba inmerso en la oscuridad más acojonante en la que me haya encontrado. Negro como boca de lobo; no se veía nada, ni el tamaño de la sala, ni las filas, ni gente, ni nada... para poder ver algo saqué el mechero, ya que Fernando y Mediavilla tropezaban entre sí detrás mío, y lo encendí. Sólo se veía la llama; ni tan siquiera veía mi propio pulgar. Ese maldito sitio debía pertenecer a otra dimensión porque absorvía la luz.

Ya no era la sensación de ridículo por estar perpetrando una bizarrada como la que teníamos entre manos, ahora la cuestión era cómo encontrar un asiento sin tropezarse con nadie que estuviese haciendo vaya usted a saber qué. Fernando le echó huevos al asunto y me adelantó con los brazos hacia delante andando como Frankenstein hasta que consiguió dar con los asientos que apenas estaba un par de metros delante nuestro. Yo fui tras él y me senté en el primer asiento mientras Fernando estaba distraído guiando a Mediavilla a través de esos dos siniestros metros. Instintívamente Fernando pasó delante mío y se sentó varios asientos más hacia el centro; Mediavilla se decantó por la fila de adelante, justo delante mío. Empezamos a descojonarnos de la risa tapándonos la boca para no delatar nuestra posición al resto de la sala, si es que había alguien más. Estuvimos riéndonos y emitiendo bufidos contenidos de carcajadas durante unos 20 minutos, tiempo tras el cual nuestros ojos se habituaron a la oscuridad y comenzó nuestro psicodélico viaje particular. Sólo aguantamos diez minutos más hasta que Fernando dijo que saliéramos.

Salimos descojonándonos a risotada limpia y pasamos a relatar cada uno nuestra alucinógena versión de la experiencia:

Fernando no tuvo mucha suerte; se sentó a unas butacas de distancia de un viejo que según pasaban los minutos se le iba acercando cambiando de asiento, hasta que le tuvo a una butaca de distancia, que es cuando Fernando huyó; se pasó los últimos minutos acojonado. Ya me extrañaba que el más "risas" de los tres fuera el primero en guardar silencio en la sala.

Mediavilla oía jadeos extraños de las filas más bajas y en una ocasión hasta escuchó el inimitable sonido de una cremallera bajándose. Aparte de eso fue el que más caso hizo a la peli y se acordaba de algunas frases de los subtítulos que luego nos contaría con regocijo.

Lo mío fue más pasado de ácido. Cuando empecé a acostumbrarme a la luz oí las jodidas bisagras de la puerta y me quedé mirando un rato a ver si veía traspasar las cortinas a alguien, pero no apareció nadie. Después mi atención volvió al frente y ya me había acostumbrado por completo a la luminosidad: ¡La sala era enorme! Y estaba bastante llena de gente, casi media entrada, increíble para el sepulcral silencio que imperaba allí, "aquí sí que no tiene cojones nadie de comer palomitas ni de abrir bolsitas de celofán", pensé. Justo antes de irnos ví con total claridad a una especie de maquinero de barrio con su chandal y su gorra medio escondido detrás de las cortinas (sin dudad era el que había hecho sonar las puñeteras bisagras), en otra de las puertas también había gente escondida. Asimismo me fijé en que un viejo calvo no paraba de dar vueltas alrededor de la sala; se sentaba en las filas más bajas, se levantaba, se colocaba en una esquina a ver la peli, caminaba un poco y volvía a sentarse en filas aleatorias repitiendo la operación de un modo compulsivo.

Recordábamos estas y otras chorradas tomándonos algo en un bar hasta que nos separamos. Después de eso los tres fuimos a la Selectividad y aprobamos de primeras. Hace muchos años que no les veo; una pena, eran buenos camaradas.

Aparición estelar de... (El Crujidón II)

Aparición estelar de... (El Crujidón II) ¡Manda huevos! Llevas años o incluso lustros sin verte con viejos camaradas y te encuentras a un buen montón disperso por la estepa. Últimamente estamos teniendo encuentros de crujida con Dieguito Ezquerro, el Maradona del frikerío aragonés. Por desgracia es un regional preferente y vamos a tener que planificar una larga y dura pretemporada. Tiene cierta tendencia a emborracharse con un vaso de leche, pero al menos te echas unas risas.

Cierta noche nos encontramos todo tajado a C.P. (Culo Peludo), cuyo mote no evita que esté más calvo que Alfonso Arús; llevaba un pedo tonto, muy tonto, pero nos reímos bastante. La historia de su apodo viene de tiempos pretéritos, en una fiesta de instituto a la que yo no acudí y en la que se sentó sobre un vaso de tubo rajándose el culo. Se metió en los baños y se bajó los pantalones mientras el Ángel y otro pobre gañán contemplaban su peludo trasero y emitían su diagnóstico: "Tiene mala pinta, sí". Otra versión de la historia de su mote es que cuando salía por el portal de su casa, si veía a algún conocido en la placilla de enfrente, se bajaba los pantalones y se ponía a hacer calvos (o peludos en su caso).

En otra noche de pena y de llanto nos topamos con el Borjander, moreno zumbón que se las ligaba a todas con erótico resultado; de todos modos no era el típico guaperas chulito, más bien era un tipo de lo más agradable. Ya el siglo pasado curraba los fines de semana de camarero y solía invitarse cuando podía, y cuando no podía daba igual, su compañía era muy grata y cargaba bastante los cubatas, daban ganas de darle propina en vez de dejarse invitar.
A lo que iba... cual señal de los cielos nos encontramos con el Borjander y nos contó que aparte de regentar un gimnasio de estos especializado en kendo se había pillado un bar en el Casco y nos invitó. Por lo que nos contó y por lo que vimos al día siguiente el bar tenía muy buena pinta, así que ya tenemos nuevo bar donde quedar a tomar la primera de la noche.

Al domingo siguiente nos encontramos con el inefable Morris, con el que tantos y tantos litros cayeron antaño; nos contó que ahora salía de juerga con el Kike (otro viejo amigo y compañero de andanzas con el que hasta me fui a Inglaterra a la aventura) y que se pasarían por el bar del Borjander. No se pasaron, pero estoy convencido de que tarde o temprano coincidiremos.

Para acabar nos topamos este mismo sábado con el Macaco (le llamamos así por su aspecto simiesco), un jipy de habas del instituto que se ligaba a tías buenas a base de buenrollismo, también le llamábamos "Rodman", porque un miembro descomunal parecía la única razón para que triunfara tanto. Nos reímos de los comunistas y de las minorías étnicas para intentar cabrearle, pero él es también bastante cabroncete y no conseguimos soliviantar su espíritu rojeras. Otra grata aparición más.

Ya sólo nos falta encontrarnos con el Aitor, uno de los mejores camaradas que he tenido y al que no veo desde el siglo pasado, por lo que sabemos desde que dejó el ejército está haciendo vida de casado (y tiene año y medio menos que yo) con casa y todo. Hasta hace cosa de un mes nos encontramos con la que identificamos como su hermana pequeña, con un bombo de tamaño considerable; en efecto acaba de tener un crío (deseado). Calculo que ella tendrá 22 años.

Notas:
*Ezquerro fue guionista en los primeros números de El Hombre Mosca
*Kike es primo carnal de El Hombre Mosca
*Kike fue el que vino conmigo a Inglaterra y a unas vacaciones en Cambrils
*La casa a la que fuimos en Cambrils era del Macaco
*A Cambrils fuimos también con el Aitor
*Sabemos donde y en qué trabaja el Aitor porque Morris curra de comercial al lado
*Morris es el segundo testigo del corte de Culo Peludo
*Culo Peludo salió (e intentó sacar del arroyo) con una tía con la que me enrrollé
*Esa tía era vecina (o vivía en el mismo pueblo del extrarradio) del Borjander

El círculo nunca se cierra

Por la mañana (El Crujidón I)

Por la mañana (El Crujidón I) No hay nada como los puentes, son mejores que las vacaciones; el martes pasado sin ir más lejos me levanté a las 11 de la mañana y quedé a las 12 con el Angelito para hacer un Easy Rider casero; un dos hombres y un destino por bares de tapas con el siguiente plan: cubata, ración de longaniza, cubata, ración de chorizo, copazo a palo seco, ración de calamares, carajillo, ración de papas bravas, cubata y así hasta que el cuerpo aguante. Un día cojonudo.
Lo mejor de todo era ver a los currelas entrando y saliendo de los bares para tomarse el cafecito y el sandwich rápido antes de volver al tajo; verlos y poder rascarte la barriga y estirarte en su presencia para darles jodida envidia; ya lo dijo el amigo Alfonso: "Abuelito, a la hora de encabronar tengo que reconocer que tenéis un don". Tantos años tragando mierda y haciendo tragar mierda no son en vano.
A las 5 de la tarde llegué a casa cruijidísimo, nada más llegar ya empezaron a hincharme los cojones con preguntas e intentos de que me integre en una vida hogareña, así que me subí al ordenador a enviciarme al Grand Theft Auto y a tener conversaciones sobre las minorías étnicas, los putos viejos o en definitiva todo lo que no sea como yo. Realmente divertido y gratificante para quitarse un poco de miseria de encima. Como dicen los Anal Cunt: me reí tanto al atropellar a tu perro que casi me estrello. El cabrón del Ángel incluso se tiró de juerga hasta las 2 de la mañana, pero yo ando reventadísimo de no dormir y no aguanto tanto, y ya me hago mayor. Afortunadamente tenemos planeado no pasar de los 30 años, antes muerto que viejo, hipotecado y con putas metas en la vida.
Un día excelente en definitiva, pero eso sólo era el preambulo de lo que vendría el viernes...

"Sus vais a cagar", she said

"Sus vais a cagar", she said Una tal Murfila vino el jueves pasado a cantar en La Casa del Loco; un directo de gratis pagado por Cadena 100 si mal no recuerdo. Como dice un amigo: "puedo darte mil razones musicales, filosóficas, bioquímicas y hasta teológicas de porqué esa tía es una cantante de mierda; un intento patatero de los 40 Principales de sacar a una Avril Lavigne de la huerta murciana". Y es que es mala de cojones.
El hecho empírico de lo mala artista y el horrendo directo que tiene se halla en el playback que hizo en Música Uno (o como se llame el programa); tocó su gran hit "Mi guitarra quiere rock", y es que no hay mejor modo de demostrar el rock cutre que el rock de autobombo. Y lo que su guitarra quiere es que la vendan a John Mayall en vez de soportar a una vacaburra que en mitad de playback parte su mástil... y hace como que sigue tocando. Mal. Fatal. Un músico normal en un playback decente habría tirado la guitarra al suelo y se hubiera limitado a "cantar" en vez de hacer el mimo con las cuerdas colgando como una marioneta; y para rematar, la muy imbécil, cuando acaba la canción coge lo que queda de la pobre guitarra y se pone a machacarla contra el escenario; el colmo de lo transgresor. ¡Abochornaos, The Clash!¡En ridículo quedas por quemar tu Fender, Hendrickx!¡Pena das por arañarte hasta hacerte sangrar, Iggy! Nada podéis contra la transgresión de esta Joan Baez del Carrefour.

Para gustos los colores, pero una cosa son los gustos y otra la calidad. Mucho cachondeo con Los Chichos, Los Chunguitos, Los Chorbos, Los Calis y Pata Negra, pero si BB King es tan amigo de Raimundo Amador y toca con él no es precisamente porque considere que es un manta que le invita a vinos, sino porque es puro y genuíno blues; y el blues y las "canciones sociales" no hablan del puto Prestige sino de pasarse 10 años de cárcel por vender droga, ni de la violencia de género sino de la tristeza al ver cómo la mujer de tu vida se casa con otro, ni del paso del estrecho sino de lo jodido que es vivir en una chabola al lado de la M-40 habiendo nacido en Badajoz, ni de las crueles multinacionales sino del jefe que se gasta en propinas lo que tú gastas para comer una semana.
Si de algo me he dado cuenta con el tiempo es que mucha gente que oía Soziedad Alkohólika, La Polla Records, Extremoduro y un eterno etcétera ha acabado apreciendo la buena música de una forma insospechada sin renegar de su pasado, pero distinguiendo lo que es bueno de lo que es transitorio. Como mi prima, que era más punk y más macarra que nadie y hace unas semanas nos comenta a un amigo y a mí: "Sé que os reiréis de mí, pero desde hace unos años me encantan OBK". De reirnos nada, porque nos ha pasado exactamente lo mismo; porque son unos tíos que hacían música prometedora pero comercial para quinceañeras y para salir en la Superpop, pero se tiraron 7 años apartados del mundo y volvieron haciendo un tecno cojonudo; y es que hasta en la forma de vestir se ve que tienen clase, como Van Morrison y su sombrero. Como los Theatre of Tragedy, que de hacer Gothic-Doom han pasado al tecno y siguen siendon excelentes; y lo seguirían siendo si se pusieron a tocar tsirtakis. Porque hay gente que vale y otros que no.

Si crees que Extremoduro son más duros que Cicatriz, te equivocas.
Si crees que Christina Aguilera tiene mejor voz que Anneke Van Giersbergen, te equivocas.
Si crees que los Village People no son excelentes, te equivocas.
Si crees que el Ratas es mejor que el Intoxikazión Etilika, te equivocas.
Si crees que John Lennon compone mejores letras que Charles Aznavour, te equivocas.
Si crees que Ringo Star es mejor batería que Phill Collins, te equivocas.
Si crees que Bebe está más comprometida socialmente que Billy Halliday, te equivocas.
Si crees que Klaus Flouride no está entre los cinco mejores bajos de la historia, te equivocas.
Si crees que Robbie Williams es menos cojonudo que Eminem, te equivocas.
Si crees que Kris Kristofferson y Bob Dylan son menos influyentes que Elvis Presley, te equivocas.

Las cosas como son.

Un cuento medieval

Un cuento medieval Érase una vez una posada... dicha venta sita en el arrabal de Saragossa era solaz lugar de encuentro y tertulia de una cuadrilla de lozanos devotos del dios Baco que, sin parangón ni ánimo de arrepentiento alguno dedicábanse a refocilarse en el vino y a cantar sus fazañas a las gentes que allá acudían.

- ¡Oh, dioses paganos que moráis en las cimas del helénico Olimpo!- recitaba agitando su jarra de hidromiel el Abuelito, de profesión vendedor de bulas papales, ante las atentas miradas de la concurrencia.- Os lo aseguro, parroquianos y hermanos míos que jamás contemplar he vuelto un trasero como aquel. Una delicia juvenil de cuello de cisne, cabello como hilos de oro y dientes como perlas. Y sus ojos, hermanos míos; no ha existido una mirada tan bella desde que la madre de Nuestro Señor expirará para colocarse a la diestra del Padre celestial. ¡Y ese culo... joder, qué culo!

- Contadnos, noble señor,- dijo un arapiento labrador,- ¿qué le dijo el escudero Mafalda a esa bella moza?

- Que os lo cuente él mismo, dado que en estos momentos entra, mientras yo me alivio del peso de mi vejiga.- se diculpó el viejo Abuelito, y dirigiéndose hacia la encapuchada figura que se acomodaba ante la barra exclamó: - Mi buen Mafalda, les estaba contando a estas nobles gentes cuando celebrando el día de nuestro patrón encontrámonos con aquella apuesta joven que nos dejó subyugados. Recordarás que hallábase ella en presencia de un joven de aspecto varonil, su prometido, y también podrás recordar si el vino no te ha fundido el seso cómo la joven se nos insinuaba provocativa cual serpiente del averno tentando a Eva en el Edén.

- Acuérdome, Abuelito, vive Dios.- respondió el joven escudero.- Tal comportamiento de ramera barata viniendo de una joven de ese calibre y delante de su prometido sacome de mis casillas, así que cuando la descarriada mujer decidiose a dejar de restregarse lujuriosamente contra nuestras pantorrillas me despedí de ella diciendo: "Sólo quiero deciros, mi buena doncella... ¡que os den!... un beso... ¡en el culo, zorra!"

- Y esa es el ejemplo, queridos paisanos, de cómo apañárselas para que el sexo femenino te odie y por lo tanto, la razón de que seamos los únicos vecinos de aquesta villa que no hemos fenecido de sífilis a la edad de 18.- sentenció el Abuelito ante las aprobadoras palmadas del vulgo.- Así pues llevamos una vida moralmente casta que sin duda nos encumbrará a la diestra del Padre cuando él nos reclame a su lado. ¡Pero mirad, allá en lontananza!- gritó de repente señalando al exterior.- Vislumbro que vamos a recibir la visita del Calvo, nuestro buen herrero, y de Mojamed, nuestro morisco infiel local.

- ¿Alguna buena nueva, Moromierda?- inquirió Mafalda al sarraceno-.

- ¡Por los testículos del profeta, amigo Mafalda! Hallámonos este inmundo calvo y yo en un aprieto.- contestó el mahometano.

- La Santa Inquisición te ha sorprendido sin los papeles en regla y van a devolverte a Al Andalus, ¿verdad?- preguntó el Abuelito.

- Pues no, hideputa, Alá te madiga. El Calvo y yo paseábamos tranquilamente por la calle cuchillería cuando sin darme cuenta tropecé con el hombro de un pastor indígena, ya sabes, de esos que Colón trajo para que nuestro rey Fernando quedara satisfecho con el negocio de los viajes a las Indias.

- El caso,- continuó el Calvo,- es que el pastor indígena había caído al suelo como si le hubiera arrollado una carreta de bueyes. Agachámonos pues para ayudarle a ponerse en pie y descubrimos horrorizados que el pobre hombre se hallaba empapado en sangre que manaba de su cabeza. Desconocemos cómo pudo hacerse tal herida si apenas chocó con el hombro del moro y cayó dando con sus posaderos en el suelo.

- Sangraba como un cerdo en San Martín y no paraba de decir "¿qué me habéis hecho? ¡cabrones, el diablo se os lleve!". La situación era tan rocambolesca que el Calvo y yo quedámonos turulatos sin saber qué hacer; así que yo le lancé al suelo dos maravedíes y nos dimos a la fuga como si todas las huestes del infierno nos aguijonearan las nalgas con sus tridentes flamígeros.

- Hasta que llegamos aquí buscando refugio.- remató el Calvo-

- Los caminos del Señor son raros e insólitos. ¡Nuestro Señor Jesucristo hizo que eso sucediera para que vinieras aquí y tomarais su sangre sin consagrar! Posadero, dos jarras de buen vino para estos dos iluminados.- prorrumpió alegremente el Abuelito.

- ¡Alabado sea Dios!- gritaron alegres las gentes.

FIN

Loca juerga rural

Loca juerga rural Érase una vez un bar... estábamos el Ángel y yo lamentándonos de nuestras existencias y el Antonio lamentándose de nuestros lamentos cuando apareció uno de los calvos. "Miguey" solía ser puntual, pero esta vez llegaba tarde, y con cara de no haber follado... quiero decir de haber follado menos todavía si cabe.

- ¡Eh, "Abuelito"! ¿Te has acordado?- dijo sin saludar ni ostias, como dios manda.

- Aparte de lo calvo y mariconazo que eres, ¿de qué debería acordarme?- contesto yo de buen humor.

- De traerme los juegos de la Neo Geo.

- ¿Eran tuyos?- respondí incrédulo. -Yo creí que eran del "Marginal".

- ¡Bah!- exclamó asomando levemente su lengua; -No me hables de "Mafalda"; acabamos de llegar de su pueblo.

- ¿Habéis estado en Burbágena?- preguntó el Ángel.

- Sí, con el "Fores" y el "Gusano". Esos tres juntos son lo puto peor... Porque vamos a ver, estamos en Julio y todo el puto mundo sabe que aquí en Julio hace un calor del copón.- comienza a explicar el calvo. -Bien, pues no se le ocurre otra cosa al puto "Fores" de los cojones que traerse 10 kilos de chuletas para asar. Pero claro, la tiene metida en una nevera portatil de estas de mierda, y sin hielos. Total que abrimos la nevera de los cojones y toda la carne estaba podrida hasta los huesos. Y para colmo yo me desmonto el ordenador, me lo meto en el maletero y resulta que en el pueblo del "Marginal" no hay electricidad.

- No sé, Miguel;- dice el Ángel, - es que sóis realmente gilipollas.

- ¿De quién fue la brillante idea de dejar que "Fores" se encargara del papeo?- pregunto yo temiendome la respuesta.

- El "Gusano" dijo que ellos se encargaban.

- Sin comentarios.- respondo.

- ¿Y qué hicisteis?- pregunto Antonio riéndose. El muy sodomita siempre se reía cuando nos llamábamos por nuestros respectivos motes; un amigo suyo, el Jose (a quien también saqué el apodo de José Vicente "Filth" por ser una versión maña del cantante de Cradle of Filth) le decía que parecíamos la Pandilla Basura con unos seudónimos tan raros.

- Seguro que hacer el amor delante de un espejo y grabarlo con una cámara, ¿verdad Miguelín?- afirmé ante las aprobadoras risas del ángel y el Antonio. Reconozco que soy demasiado cabronazo como para no socarrarme cuando me dan la oportunidad.

- Pasar hambre y emborracharnos como cerdos. El "Gusano" casi se ahoga fumando porros y el "Fores" como iba tan pedo propuso que comiéramos raíces; yo le dije que se las comiera él que para eso es un jodido cerdo de mierda.- explicó Miguel -Y "Mafalda" se amorró a una botella de vino peleón hasta que se cayó rodando por una cuesta que hay cerca de su casa; y cuando dejó de rodar se quedó dormido hasta que esta mañana hemos ido a despertarle. Le he llamado al timbre pero creo que tiene una gripe, una pulmonía o algo así; en Burbágena por la noche, hasta en verano hace un frío de la ostia. Es la ÚLTIMA vez que voy de acampada con estos marginales.

Desde luego, estos calvorotas del barrio de Las Fuentes sí que se saben montar una juerga.

NOTA: Miguel, más conocido como "el calvo que se mantiene", volvió a irse con los otros figuras de juerga campestre a la semana siguiente... y aún a día de hoy, sigue repitiendo.

La hiputeca del banco

La hiputeca del banco Esta historia la escribí hace meses en cierto foro de cuyo nombre no quiero acordarme, y como hoy estoy vago he pensado que mejor copypastearla tal cual antes de que desaparezca dicho foro y de paso me libro de escribir hoy. ¡Yijaaaaa!

Érase una vez que se era un trío (TRES!!!) de purulentos soplapollas que se dedicaban a vaguear por las tardes; uno hacía el paripé con unos cursillos de secretariado, que obviamente no le sirvieron de nada en la vida; otro imbécil era un calvo cuya misión en la vida consistía en pillar las borracheras más bestias y estúpidas que imaginarse pueda y el tercero, que es el que esto suscribe, hacía pirola en el COU nocturno.
Pues bien, una de esas tardes, a eso de las 17:34, este terceto de mamelucos estaba sentado en un banco cualquiera (de madera con respaldo), en un parque cualquiera (de madera con respaldo), en una ciudad que NO es cualquiera (Zaracogorza, capital mundial de pedos al aire libre; de madera con respaldo), sin pronunciar palabra; simplemente dejando pasar el tiempo; observando el portal de la casa del calvo borrachuzo.

Aquí he de hacer un inciso para explicar que en ese portal residía una francesita medio punky llamada Veronique, que era conocida por la comunidad como "Guarronique", por razones que obviaré. Estaba un poco ida de la olla la muchacha, como demuestra el hecho de que se depilara las cejas para... pintarse de verde la zona depilada con un pincel.

¿Por dónde iba? ¡Ah, sí! Estaban los tres lilas mirando el portal como las vacas miran al tren pasar y en esto que la puerta se abre y aparece un viejo con una cara de felicidad igualita a la que tiene Nick Savage cuando le regalan una piruleta en el parvulario. El viejo salía a la calle en plena maniobra de subirse la cremallera, o de recomponerse el paquete o vaya usted a saber.
El caso es que hierático y sereno, el calvorota comenta en tono jocoso:

- ¡Vaya! Un viejo subiéndose la cremallera... eso es que la "Guarronique" le ha hecho "un servicio rápido".

Este comentario fue acompañado de risotadas de complicidad bastante cabronas por parte de los otros dos tipos; por supuesto el calvo no hablaba en serio; era una coña.

Pero cuál fue su sorpresa cuando unos segundos después de que saliera el sonriente viejo, la puerta se abría y la "Guarronique" salía girando el bolso-cartera, camino del Instituto o donde fuera a estudiar por las tardes.

¿Se la chuparía al roñoso viejo, o sólo sería una coincidencia la subida de cremallera con la salida de "Guarronique" por el portal? Lo único cierto es que casi 5 años después aún resuenan las carcajadas que los tres hijoputas soltaron en ese banco, en ese parque de Zaracogorza (todo de madera con respaldo).

Moraleja: No importa la realidad, lo que importa es lo cabrón que sea uno a la hora de interpretarla.

Telechurro, alegre bandolero

Telechurro, alegre bandolero Érase una vez un bar... era verano y hacía un calor del cagarse; "el Moneva" hacía semanas ya que cerraba los sábados. Cuando terminaba la liga, "el Moneva" no parecía encontrar razones para abrir tarde los fines de semana y el mes de Julio incluso se largaba con la parienta a Benidorm.

- Tenga cuidado con las suecas, señora, que Don Alfredo aún tiene saque para rato.- Le decía el Ángel a su mujer.

El caso es que en el Luces de Bohemia ponían los cubatas a dos Euros hasta las 11 de la noche, así que aprovechábamos y nos poníamos morados. El bar era el típico antro con camareras de sonrisa estúpida enseñando canalillo y canciones de verano en el tocata a todo volumen; pero mientras se está hablando y bebiendo nada importa. Yo, al menos ni me doy cuenta de si han puesto el puto avemaría de Bisbal si alguien no me dice que ya la han pinchado cuatro veces seguidas.
Pues bien, allá estábamos nosotros, copando nuestra mesa con botellas y aguantándole una mentira al "Alimaña". "Mafalda" y el calvo del "Miguey" habían tomado por costumbre soltarle bolas a "Alimaña" vía Messenger. Años ha, una conversación sobre los hábitos sexuales del "Caipirinha", ántiguo amiguete que declaró abiertamente cierta noche de borrachera que se había follado "a una tía muy muy perra", había derivado en un alucinante viaje de mentiras que desembocó en que el amigo "Caipirinha" había enculado un sanbernardo macho en la perrera de su pueblo. "Alimaña" se tragó la bola hasta la empuñadura.
La mentira que todos estábamos intentando sustentar ahora tenía su parte de razón; en Nochevieja, un tipo se plantó en el camino del "Churro" y el Alfonso cuando estos iban de camino a Las Cavas y les dijo que era gay y tenía un bar; así, sin más. Los muy bastardos son del barrio Oliver, así que no pudieron resistir la tentación de intentar beber de gratis en el bar del fulano gay, y se echaron unos cuantos litros con el menda. También en otra ocasión al "Churro" le atacó un maromo diciéndole:

- ¿Sabes que eres muy guapo?

A lo que "Telechurro" contestó ladeando la cabeza y señalándose un ojo con el dedo índice:

- Y heterosexual.

Con estas perspectivas y sin entender demasiado bien como alguien con medio cerebro puede llegar a sentirse atraído por el tirillas del "Churro" (curiosamente es el que con más tías ha triunfado del grupo), el Ángel y "Mafalda" le habían dicho a "Alimaña" que el día anterior, viernes, "el Telechurro" se había enrrollado en la barra de un puticlub con otro tío. Así pues nos pasamos toda la velada soltándole al marginal del "Churro" frases como "ya me he enterado que ayer triunfaste, picarón", "no te doy la mano, que a ver donde la meterías ayer", "mantente al otro lado de la mesa, que corra el aire" o "me estoy meando, pero no pienso ir al servicio mientras el Churro ande dentro". Bien en alto. Para que a "Alimaña" se le fuesen quitando las posibles dudas, todo esto sin que el pobre churrín se enterase de nada; lo único que hacía era mirarnos sin saber muy bien de qué estábamos hablando, pero supongo que debió creer que dialogábamos en una especie de jerga intelectualoide, así que el muy capullo se limitaba a sonreir bobaliconamente.

Pasaron las horas y los bares... y cada uno se fue por su lado; "el Alimaña" se había largado el primero; por aquella época era todavía un pequeño bastardillo menor de edad. Cuando íbamos a despedirmos de los marginales del barrio Oliver, Javi, hermano de "Telechurro", se nos acerca a "Miguey" y a mí y nos dice:

- ¿Sabéis que coño se ha tomado "Alimaña"? Es que antes se le ha puesto a hablar al "Churro" y le ha dicho nosequé de que mientras su novio se ponga el condón, no hay ningún problema.

Realmente "el Alimaña" se las come todas.

Humillando a "la Jamona"

Humillando a "la Jamona" Érase una vez un bar... en él estábamos el Ángel y yo bebiendo como cerdos con "el Fores", "Mafalda" y compañía cuando apareció "la Jamona". La susodicha individua era la ex-novia del "Macaco", el muy jipylollas tenía la costumbre de llevarse al huerto a las tías más carnosas y de nalgas prietas del instituto, decía la leyenda que debía tener un rabo descomunal porque si no era imposible que un "manuchao" panfletero, soso como la madre que lo parió, acabara emparejado con los cuerpos más manoseados mentalmente por la chusma del instituto en sus escarceos pajeriles al cuarto de baño. El caso es que la tal "Jamona" debía ser una perrilla de la pradera porque se lo había montado con un montón de amiguetes del "Macaco" y todos habían acabado insultándola vilmente, aún no sé porqué razones exactamente... ni me importa.

Hacía unos cuantos años que no veíamos a la tía esta, ni falta que hacía, y al verla entrar pensé que el Ángel volvería con la monserga de que si estaba muy buena, que qué morbo y todo ese rollo que él, "el Mafias" y el lanudo de Ángel Jesús se cascaban cada vez que la veían. Rollo que yo no compartía porque, si bien la tía estaba buenilla, a mí no me terminaba de convencer. Y si había terminado mal con la panda del "Macaco" aunque estos fueran unos gilipollas inmisericordes, algo muy podrido tenía que haber en esa chorba.
Sin embargo el Ángel no dijo ni pío, calló como la puta que es y saludamos a "la Jamona" sin levantarnos del sitio (generalmente solemos ser más caballerosos, pero la tía iba acompañada de un fulano con cara de capullo y decidimos que los sendos cubatas de tequila merecían más respeto que ella).

- Hola.- dijo "la Jamona",- ¡Cuánto hace que no nos veíamos!
- Ya ves...- le contestó el Ángel mientras yo bebía pasando de dar conversación. -¿Tu qué, en la Universidad?
- Pues sí, llevo unos añitos y tal.
- Yo paso de la Universidad.- sentenció el Ángel dándome cancha.
- Es lógico que pases teniendo en cuenta lo retrasado que eres.- dije yo bien alto sin alejar mucho el vaso de mis labios.
- Al menos no soy un puto fracasado de mierda que se está pasando la carrera por la raja del culo- me espetó mientras "la Jamona" empezaba a esbozar un rictus de nerviosismo.
- Mira quién fue a hablar, puto vago de los cojones, que no has trabajado en tu asquerosa vida.
- ¡Oh, buenooooo; madremía, madremía! -dijo el Ángel con su habitual sorna;- ¡Habló Zaratustra! Teniendo en cuenta lo que entiendes tú por trabajar...
- Quizás deberíamos preguntárselo a tu madre que es una experta en "trabajos".- solté yo más sarcástico si cabe, y entonces "la Jamona" empezó a parecer sofocada y con ganas de que se la tragase la tierra.
- ¿¡A que no tienes huevos de decirme eso en la calle, maldito sodomita comunista!?- me berreó el Ángel agarrándome del cuello de la camisa.
- Tengo huevos para eso y para darte lo que tus padres deberían haberte dado de crío para que no huberas salido tan idiota, niñato.- respondí agarrándole también.
- ¡Eh, chicos, yo... yo... bueno, se... se.. rá mejor que me vaya!- dijo "la Jamona" reculando como podía hacia la posición de su novio en la barra, que ya estaba recogiendo unos bocadillos que había pedido.
- Joder Ángel, la hemos acojonado.- comenté siguiéndola con la mirada aún sin soltar al muy gay de la camisa.
- Ya te digo, si es que las tías de hoy en día no aguantan una mierda.- confirmó, igualmente sin soltarme.- Y además, ha perdido un huevazo... antes estaba muchísimo más buena, no sé que les pasa a las tías cuando pasan la barrera de los 18 años que se les pone el culo como la marmita de Panoramix.

"La Jamona" seguía a su novio hacia la puerta de salida cuando volvío "Fores", que había ido al baño, subiéndose la cremallera y con su finura innata de jugador de rugby ebrio voceó:
- ¡Coño, si es "la Jamona"! ¡Joder, cómo se le ha puesto el culo de gordo, parece una gorrina!

Nunca hemos vuelto a verla. Y sí, podemos llegar a ser demasiado hijos de puta en ocasiones.